La sombra que proyecta el propio fotógrafo de paisajes siempre es una preocupación, ya que su aparición se convierte en un error.
En este caso la sombra del fotógrafo es quizás la única forma de atestiguar que es lo que somos dentro de un paisaje que nos inspira a detenernos frente a él, reconocer sus límites y traspasarlos, en un intento de captar parte de su esencia.
Fotografía tomada en la playa del Aituy, comuna de Queilén con la cordillera de Los Andes al fondo.