Algunas algas, como el pelillo, suelen ser recolectadas cuando las mareas están bajas, creándose así montículos aglutinados en sacos de malla de la cosecha. En Caulín bautizan a estos montículos con el nombre de “perros”.
Cuando sube la marea, se convierten en pequeños islotes a la espera de ser rescatados y llevados a la orilla por los recolectores y recolectoras que los secarán para su posterior venta.