Este paisaje nos ilustra la conexión tan estrecha que tiene Chiloé con el mar. Los palafitos eran las casas que construían las personas sin tierras, que tenían que emigrar a la ciudad desde el campo. Hoy son casas patrimoniales, muchas convertidas en alojamientos u restaurantes. Los cambios constantes en los cielos de Chiloé, las intermareales y los nuevos colores que se van añadiendo en las remodelaciones de estas casas, permiten paisajes infinitos que muchos turistas, y no turistas, retratamos.